Hace días que me fijo en las marcas de frenado de la carretera. Muchas indican claramente como el vehículo impactó contra la valla o muro de protección y rebotó hacia el lado contrario. Otras sólo van hacia afuera, sin rebote.
Y no puedo dejar de pensar en el punto en el que dejan de marcar.
¿Se detuvo?
¿Dejó de patinar la rueda?
¿O es que llega un momento en el que dejas de frenar?
Y es esta última pregunta la que te lleva a todo un mundo de nuevas preguntas. ¿Voluntario, inconsciente, inconsciencia, …?
Quizá el punto en el que los frenazos dejan de marcar, las huellas dejan de existir, las personas dejan de ser.
Quizá en esto último esté equivocado: cuando los frenazos de la vida te dejan de marcar, tus huellas empiezan a existir y tú, a ser.
Al leer tu post he pensado en las huellas que dejamos en los demás; y las huellas que ellos dejan en nosotros. Es curioso cómo una imagen tan cotidiano puede convertirse en reflexión. Sinceramente, me has hecho replantearme mis escritos. Últimamente carezco de la mirada necesaria para ir más allá del mundo. Gracias por devolverme a la realidad.
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