Han vuelto a nacer palabras que surgen de los verdes campos y se posan sobre las ramas azules de árboles olvidados.
Regresan las sonrisas que se forman al cerrar los ojos frente a la voz ansiada.
Se forman los interrogantes, agridulces y burlones, tan hondos como la ilusión de un niño frente al mar.
Es el sueño de una noche. Una fotografía, tras la ventana, que se asoma a la pureza de la luna.