Existes, pero sólo a lo lejos. Eres como esas nubes que tienen forma por dejarse ver, de esas que en cualquier momento cambian de color, o incluso desaparecen.
Es esa magia de los sueños infantiles, de los cuentos de mayores, todas esas historias que no nos atrevemos a vivir. Porque la belleza no se busca, se construye.
Aprendo a ser más positivo, hay actitudes que se desprenden de tu voz. Te puedes sentir atrapado entre paredes, la diferencia es mirar al cielo para descubrir que no hay techo. Las alas ya nacerán.
Silencio y oscuridad, aún así te siento cerca. Absurdo quizá, precipitado sin duda. Pero el camino te enseña a confiar en los bastones ajenos. Porque un día te despiertas y descubres el valor de las arrugas en la piel.
Miras al horizonte y no ves más que cemento. Vuelve a intentarlo, pero esta vez con los ojos cerrados. Confía en esa voz que tiembla al mirarte, aún en la distancia. Porque hay versos que suceden sin querer.