Por razones que desconozco

Por razones que desconozco dejé de escribir. Poco a poco. Por despiste, por vagancia. Olvidé lo que gratifica que un montón de amigos y desconocidos escruten los significados ocultos entre líneas, buscando eso que intuyen que no me atrevería a decir.

Lo cierto es que hay pocas cosas que no me haya atrevido a decir en este escaparate. He relatado añoranzas por seres queridos fallecidos, ilusiones solitarias, pasiones compartidas, recuerdos de niñez. Y sin embargo, siempre escribí ficción.  Los que me conocen saben que, aunque sí que en cierto momento tuve esa ilusión, lo de ser escritor siempre me ha parecido algo inalcanzable y para lo que se requiere una constancia que nunca he practicado.

Por razones que desconozco, sintiéndome bloqueado y atrapado, me parece que convertir de nuevo la escritura en vía de escape pueda ser una ayuda. Para resituarme y reconstruirme. Para volver a ser lo que quizá no había conseguido ser. Para colocar de nuevo la vida en su sitio, entre el hambre y la comida.

Por razones que desconozco, casi por impulso, he decidido retomar este espacio y convertirlo en lo que en realidad siempre debió ser: un espacio personal. Así que con esta parrafada que os he soltado, doy por reinauguradas las sombras, doy por reconvertida su misión.

Que se apague la luz, que se encienda el camino.

Quinientos (500) comentarios

Hoy ha pasado algo que hacía tiempo que veía acercarse lentamente, aunque con paso firme y decidido.

Hoy, queridos lectores, habéis superado la cifra de los quinientos comentarios, cosa que me hace muchísima ilusión.

Nunca he celebrado los años de vida del blog, aunque tenga ya su tiempo (setiembre de 2004, para más señas). No me parecía un hecho destacable. Un día decidí hacerlo, lo monté y ya está. Eso no tiene mérito.

Pero llegar a los quinientos comentarios, eso sí que tiene mérito. Todo aquel que se haya paseado por aquí alguna vez sabrá que nunca he sido demasiado regular en mis posts, que mis sombras a veces se atascan durante meses y el blog queda más a oscuras que nunca.

Y a pesar de ello, a pesar de las lagunas, de las ausencias, de las sombras, muchas veces más tristes de lo que a muchos os gustaría, habéis continuado acompañando a esta tortuga digital, motivándola en su viaje, viviendo a medias pedacitos de sueños.

Gracias. Gracias de corazón, no podéis imaginar lo que me aportáis.

500

Y para suavizar el discurso y hacerlo más ameno, os mostraré cuál ha sido el comentario que ha hecho la cifra redonda:

que le coma que le coma!!!!
(DavidG, 20 de Marzo de 2009 a las 10:41)

Y lo más increíble es que es lo que parece, no es por estar sacado de contexto. Así que recordad niños, tened cuidado con lo que decís, nunca se sabe cuando las palabras de uno van a quedar esculpidas en la dura roca de la historia. ;)

Nueva etapa

Bienvenidos a la nueva etapa de La senectud de Linmer.

Todos los textos y comentarios han sido trasladados a este nuevo espacio.

Además también salen a la luz otros textos que no habían sido editados en dicho blog por varios motivos. Para acceder a ellos, pulsad el botón superior llamado «textos analógicos» (o este mismo enlace).

En lo que respecta al blog, seguirá como hasta ahora, es decir, publicaré cuando tenga algo que crea que merece la pena. Pero también habrá algunas novedades como, por ejemplo, el uso de las categorías para las publicaciones que no sigan la temática central del blog. En concreto, siempre que hable sobre el blog usaré la etiqueta «meta».

Espero que os gusten los cambios introducidos. Sino, ya sabéis, para eso están los comentarios ;)

¡Hasta pronto!