
Primavera. Queda lejos el invierno. Tanto que hasta que no lo pienso no vuelven los recuerdos de días afilados y sábanas de cartón.
Salgo a la calle. El sol regando los campos que resplandecen de un verde brillante mecidos por la brisa. Al compás, la piel siente el baile del viento. Un baile que avanza y retrocede, que gira y se sostiene. La sonrisa se ensancha. A mis ojos, la belleza lo impregna todo. Puede que sea un estado mental, pero es como ese tono saturado de las fotografías de las revistas de glamour, tiene ese algo irreal que magnetiza.
No importa demasiado lo que hagas hoy mientras no te impida llegar a mañana.
La jornada vuela, soñando el mañana quizá, disfrutando el presente. Claro que importa lo que hagas hoy. Claro que importa que sonrías. Pero es que ya no te cuesta nada. El sol lo ha inundado todo. La luz ha teñido de tonos rojizos la piel, los arboles, el camino…
Regreso a casa, pienso en ello. ¿Ser conscientes de la propia felicidad es lo que nos hace humanos? Puede que no, pero es lo que nos hace felices.
Feliz, soy feliz.
¿Cuánto hace que no puedo decir eso? ¿Lo había visto tan claro nunca? Es ser consciente lo que lo hace magnífico. Poder saborearlo. Es como cuando estás a dieta y haces una excepción: ese helado que hace tanto que no probabas y que no sabes cuando volverá. Eso lo hace aún mejor.
Tropiezo con una piedra. Casi me caigo, ha dolido un poco el golpe… Vuelvo a reflexionar.
¿Ser feliz te hace más reflexivo? ¿Ser feliz es no sentir los golpes?
Claro que no, por mucho que digan, ser feliz no es volverse idiota. Es que no te importe que te lo llamen. Es que sepas que el golpe pasa y la sonrisa permanece. Es pensar, o sentir, o reflexionar, sin que haya una clara barrera entre ellas…
Llego a casa. ¿Estarás? Porque todo esto es por ti. Hablo contigo, sonrío. Por dentro y por fuera.
Cuando estoy contigo me cogen agujetas de sonreír.
Por dentro y por fuera. Hacía tanto que no lo hacía… Sobre todo, por dentro.
Es como si tuviese un gran foco delante de mí. Me alumbra el camino.
El camino, hacia ti. Porque todo esto es por ti.
Ceno.
Me acuesto.
Sonrío.
Me duermo.
Sueño.
Camino soñando, sonrío dormido. Porque todo esto, es por ti.
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