Sigues sobre la pista, quieras o no, debes moverte. Mira alrededor, no estás sola. Todos quieren bailar contigo. Tú eres chica de podio, lo sé, pero a veces no hay más remedio que bajarse. Es ahora cuando debes aprender a bailar las lentas, cuando debes confiar en otros pies. Dame una mano y luego la otra, apoya la cabeza en el hombro. Sí, ya sé que así los focos no te apuntan para que deslumbren tus curvas pero a cambio la música te abraza a través del otro cuerpo.
Sigue bailando hasta que los cuatro pies sean uno, hasta que puedas cerrar los ojos sin sentir miedo.
Sigue bailando porque la música la creas tú.
linmer
La senectud de Linmer 