Nacimiento

Enhorabuena a los recién ascendidos a la categoría de «papis». Ya tengo ganas de veros a los tres, porque de alguna forma, vosotros también habéis renacido.

Al resto de lectores, para que esto no quede tan vacío, os dejo un fragmento de un texto antiguo:

Vaciando el seno derecho de su madre, sonreía, cerrados los ojos, a un punto indefinido del mar que rellenaba todas y cada una de las ventanas del hospital.
El padre de la nueva y tierna vida, al otro lado de la cama, miraba a esa carita de ángel por construir o de demonio por descubrir mientras acariciaba los suaves pómulos y besaba los rubios cabellos de la primeriza.
Había alguna extraña fuerza que les mantenía pegados y que aglutinaba sus palabras tornándolas silencios que, daban por seguro, comprendían los tres.

Podéis leer el texto completo aquí: Imagen Parto

Déjame que…

Pescallunes

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Déjame que te hable del vuelo aparentemente sin rumbo de las mariposas.
Que te cuente que los colores translúcidos de sus alas son reflejos del polvo que las recubre.

Déjame inventar un cuento de hadas en el que el príncipe aparezca al final, cuando la princesa ya sea dueña del castillo.
Que te explique que los reinos no son sólo de piedra y tierra.

Déjame que te recite versos que nadie ha escrito, hasta que el peso de la voz marque tus sueños o el papel.
Que te envíe poemas con otras firmas, para que me sientas con otras manos.

Déjame que, a falta de saber inventarte con carboncillo, te desdibuje con luz.
Que redibuje mis deseos cerca de tu piel.

Déjame que te envuelva en silencios.
Que te guarde bajo las sábanas.

Déjame que …

…deja que eche de menos tus labios…
…y que dude si por tus besos o tus sonrisas.